Es mi parecer que unos buenos consejos antes de presentarse
al Concurso de la Soleá de Alcalá, podrían haber mejorado muchas de las
actuaciones que hemos visto estos días. Probablemente algunas de las cuestiones
que a continuación se plantean, serán de aplicación a cualquier concurso de
cante, así que sin más prolegómenos vamos allá:
Ø Leer detenidamente las bases del
concurso. Preguntar
las dudas al jurado.
Ø No alargar los cantes en el tiempo
por encima de lo permitido.
Un concurso no es un
recital por lo que hay que ceñirse a las bases de la convocatoria donde se
establece la duración que deben tener los cantes. Al jurado y al público le
basta con cinco o seis minutos por cante para tomarle el pulso al concursante,
(en realidad con mucho menos tiempo).
Ø L@s participantes deben señalar
previamente y con detalle el cante que van a interpretar.
Por dos cuestiones; la primera es que el/la participante
demuestra así que tiene conocimiento de lo que canta, y la segunda que, puesto
que de momento y salvo honrosas excepciones, no se enseña flamenco en colegios
e institutos como se debiera, la finalidad didáctica implícita en los concursos
es fundamental, es decir, se debe mostrar al público la riqueza que posee el
flamenco, enseñándole a distinguir palos, estilos y variantes. Dar detalles
sobre lo que se va a interpretar es de capital importancia.
Enlazando
con el punto anterior, y particularizando en este concurso, para optar al
premio “Soleá de Alcalá” l@s participantes deben especificar que van a
interpretar sólo este tipo de soleares, puesto que en caso de incluir otros
estilos (Utrera, Lebrija, Triana…) ya no tendrían opción a este premio. Los
Soler[1]
en su día clasificaron unos 90 estilos de soleares, y de ellos en el concurso
de Alcalá se pueden admitir hasta 14 estilos que son los siguientes:
· Agustín Talega 1 y 2
· Juan Talega
· Roesna 1 y 2
· Antonio Mairena 1
· Joselero (No se suele escuchar,
conviene consultar antes al jurado)
· Jilica de Marchena 1 y 2 (No se
suele escuchar, conviene consultar al jurado)
· Andonda 1 (estilo de Triana que se
admite como cante de uso habitual combinado con los estilos de Alcalá)
Todos los años hay algún concursante
que introduce estilos que no son de Alcalá al ejecutar sus “soleares de
Alcalá”, y lamentablemente, por muy bien que hayan cantado quedan inhabilitad@s
para optar a ese premio.
Hacer distinción entre los diferentes
estilos no se aplica sólo a las soleares. Es habitual oír a los intérpretes
decir que van a cantar “por levante”, y si bien no se considera incorrecto, es
útil para salir del paso, pero resultaría más clarificador el diferenciar los
cantes de levante (minera, cartagenera, taranta…) por la finalidad didáctica
anteriormente aludida. Con las seguiriyas y malagueñas ídem de lo mismo, rara
vez escuchamos decir por ejemplo “voy a cantar unas seguiriyas del Nitri, para
seguir por Jerez con Paco la Luz y volver a los Puertos con la cabal del Tuerto
la Peña”. Lo cierto es que en general estas descripciones de los cantes se
pueden aplicar a todos los palos del flamenco; tangos, bulerías, fandangos y
verdiales, etc. puesto que todos tienen asociada una zona geográfica, un
intérprete concreto o ambas cosas a la vez.
Ø No es conveniente repetir estilo de
soleá, (ni de
seguiriya, malagueña…)
Denota poca preparación ante un
concurso que pretende revalorizar un variado ramillete estilos.
Ø No es conveniente abusar de los
“golpes de efecto” al ejecutar los cantes.
En el cante se puede tener poderío y buenos pulmones, es
decir, fuerte volumen de voz y aguante para mantener el cante en el tiempo sin
respirar, pero estas cualidades se deben administrar con moderación, siempre en
su momento y lugar puesto que hay cantes y estilos que así lo exigen. El
problema viene cuando se traduce en un alargamiento permanente de todos los
tercios del cante, tal vez tratando de imprimir un sello propio a su expresión
artística. Esto deriva en una exagerada demostración de cualidades vocales
que termina por cansar o defraudar al oyente. Hay quien lo sintetiza diciendo
“esto no es ópera…”
Dentro de estos golpes de efecto se
pueden incluir las palmas y taconeos de los propios concursantes en los cantes
de compás, que se deben emplear con moderación, el abuso del llamado babeo o
gagueo en los cantes gaditanos que interpretaban Aurelio Sellés o Pericón de
Cádiz, el abuso repito, no el simple uso. Otro efecto consiste en pretender que
un cante suene más “agitanado” realizando repetidos melismas que recorren con
exageración todas las vocales. En definitiva, hay que evitar todo efectismo repetitivo
o exagerado.
Sólo espero que estos consejos sean de utilidad en el futuro. Soy consciente que hay otros aspectos que afectan a todo el que se sube a las tablas como la afinación o el compás, presencia, actitud y corrección, etc, pero doctores tiene la Iglesia... y de momento lo vamos a dejar ahí. La opinión general sobre este concurso “Soleá de Alcalá” del año 2025 es que ha
habido un nivel excelente de concursantes, que han sido alrededor de 50. Después
de estas líneas debo expresar mi agradecimiento personal y admiración a tod@s
l@s participantes y reiterar mi enhorabuena a l@s premiad@s. Y por último sería injusto no
citar a quienes año tras año organizan y sufren los avatares del concurso,
Manuel Moreno “El More”, presentador, poeta y secretario, Antonio Durán “El
Presi” y toda la Junta Directiva de la Peña Soleá de Alcalá.
[1] Luis y
Ramón Soler (tío y sobrino) – Del libro “Antonio Mairena en el mundo de la
siguiriya y la soleá”. Fundación Antonio Mairena. Málaga 1992.

