martes, 2 de diciembre de 2025

Concursos de cante; ¿en qué he fallado?

 

Acaba de finalizar el XXXII Concurso de Cante Flamenco Soleá de Alcalá que se realiza a lo largo del mes de noviembre en la peña flamenca de este nombre en Alcalá de Guadaíra (Sevilla), y antes de que empecemos a tope con los polvorones y se me borren de la memoria, es el momento de tratar algunas impresiones relacionadas con los concursos en general y con éste en particular,
cuestiones que deslucen las actuaciones de los participantes, y que por desgracia veo que se repiten en el tiempo. Evidentemente para mí los concursos tienen más virtudes que defectos, aunque todos son mejorables, pero esta no es la cuestión sobre la que pretendo reflexionar ahora. En este caso se trata de sacar a la luz defectos, errores o incorrecciones que a menudo observamos entre l@s participantes.

Es mi parecer que unos buenos consejos antes de presentarse al Concurso de la Soleá de Alcalá, podrían haber mejorado muchas de las actuaciones que hemos visto estos días. Probablemente algunas de las cuestiones que a continuación se plantean, serán de aplicación a cualquier concurso de cante, así que sin más prolegómenos vamos allá:

Ø Leer detenidamente las bases del concurso. Preguntar las dudas al jurado.

 

Ø No alargar los cantes en el tiempo por encima de lo permitido.

Un concurso no es un recital por lo que hay que ceñirse a las bases de la convocatoria donde se establece la duración que deben tener los cantes. Al jurado y al público le basta con cinco o seis minutos por cante para tomarle el pulso al concursante, (en realidad con mucho menos tiempo).

 

Ø L@s participantes deben señalar previamente y con detalle el cante que van a interpretar.

Por dos cuestiones; la primera es que el/la participante demuestra así que tiene conocimiento de lo que canta, y la segunda que, puesto que de momento y salvo honrosas excepciones, no se enseña flamenco en colegios e institutos como se debiera, la finalidad didáctica implícita en los concursos es fundamental, es decir, se debe mostrar al público la riqueza que posee el flamenco, enseñándole a distinguir palos, estilos y variantes. Dar detalles sobre lo que se va a interpretar es de capital importancia.

Enlazando con el punto anterior, y particularizando en este concurso, para optar al premio “Soleá de Alcalá” l@s participantes deben especificar que van a interpretar sólo este tipo de soleares, puesto que en caso de incluir otros estilos (Utrera, Lebrija, Triana…) ya no tendrían opción a este premio. Los Soler[1] en su día clasificaron unos 90 estilos de soleares, y de ellos en el concurso de Alcalá se pueden admitir hasta 14 estilos que son los siguientes:

 Joaquín el de la Paula 1, 2, 3 y 4

·       Agustín Talega 1 y 2

·       Juan Talega

·       Roesna 1 y 2

·       Antonio Mairena 1

·       Joselero (No se suele escuchar, conviene consultar antes al jurado)

·       Jilica de Marchena 1 y 2 (No se suele escuchar, conviene consultar al jurado)

·       Andonda 1 (estilo de Triana que se admite como cante de uso habitual combinado con los estilos de Alcalá)  

 

Todos los años hay algún concursante que introduce estilos que no son de Alcalá al ejecutar sus “soleares de Alcalá”, y lamentablemente, por muy bien que hayan cantado quedan inhabilitad@s para optar a ese premio.  



Hacer distinción entre los diferentes estilos no se aplica sólo a las soleares. Es habitual oír a los intérpretes decir que van a cantar “por levante”, y si bien no se considera incorrecto, es útil para salir del paso, pero resultaría más clarificador el diferenciar los cantes de levante (minera, cartagenera, taranta…) por la finalidad didáctica anteriormente aludida. Con las seguiriyas y malagueñas ídem de lo mismo, rara vez escuchamos decir por ejemplo “voy a cantar unas seguiriyas del Nitri, para seguir por Jerez con Paco la Luz y volver a los Puertos con la cabal del Tuerto la Peña”. Lo cierto es que en general estas descripciones de los cantes se pueden aplicar a todos los palos del flamenco; tangos, bulerías, fandangos y verdiales, etc. puesto que todos tienen asociada una zona geográfica, un intérprete concreto o ambas cosas a la vez.

Ø No es conveniente repetir estilo de soleá, (ni de seguiriya, malagueña…)

Denota poca preparación ante un concurso que pretende revalorizar un variado ramillete estilos. 

Ø No es conveniente abusar de los “golpes de efecto” al ejecutar los cantes.

En el cante se puede tener poderío y buenos pulmones, es decir, fuerte volumen de voz y aguante para mantener el cante en el tiempo sin respirar, pero estas cualidades se deben administrar con moderación, siempre en su momento y lugar puesto que hay cantes y estilos que así lo exigen. El problema viene cuando se traduce en un alargamiento permanente de todos los tercios del cante, tal vez tratando de imprimir un sello propio a su expresión artística. Esto deriva en una exagerada demostración de cualidades vocales que termina por cansar o defraudar al oyente. Hay quien lo sintetiza diciendo “esto no es ópera…”

Dentro de estos golpes de efecto se pueden incluir las palmas y taconeos de los propios concursantes en los cantes de compás, que se deben emplear con moderación, el abuso del llamado babeo o gagueo en los cantes gaditanos que interpretaban Aurelio Sellés o Pericón de Cádiz, el abuso repito, no el simple uso. Otro efecto consiste en pretender que un cante suene más “agitanado” realizando repetidos melismas que recorren con exageración todas las vocales. En definitiva, hay que evitar todo efectismo repetitivo o exagerado.  

 

Sólo espero que estos consejos sean de utilidad en el futuro. Soy consciente que hay otros aspectos que afectan a todo el que se sube a las tablas como la afinación o el compás, presencia, actitud y corrección, etc, pero doctores tiene la Iglesia... y de momento lo vamos a dejar ahí. La opinión general sobre este concurso “Soleá de Alcalá” del año 2025 es que ha habido un nivel excelente de concursantes, que han sido alrededor de 50. Después de estas líneas debo expresar mi agradecimiento personal y admiración a tod@s l@s participantes y reiterar mi enhorabuena a l@s premiad@s. Y por último sería injusto no citar a quienes año tras año organizan y sufren los avatares del concurso, Manuel Moreno “El More”, presentador, poeta y secretario, Antonio Durán “El Presi” y toda la Junta Directiva de la Peña Soleá de Alcalá.



[1] Luis y Ramón Soler (tío y sobrino) – Del libro “Antonio Mairena en el mundo de la siguiriya y la soleá”. Fundación Antonio Mairena. Málaga 1992.

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