martes, 14 de agosto de 2012

Cantaores que se acompañan a sí mismos

Es sorprendente que un cantaor que se acompaña a sí mismo pueda llegar a ganar el premio de la Lámpara Minera, pero así ha ocurrido en esta edición del concurso de 2012. Ricardo Fernandez del Moral  ha conseguido la proeza.


Natural de Daimiel (Ciudad Real), se inicia en la guitarra a la edad de 8 años por la influencia de su padre, cantaor y gran aficionado al flamenco. Recibió clases de los prestigiosos maestros como Oscar Herrero y Manolo Martín.
Con 14 años comienza a tocar en la peña juan Antonio Córdoba, de Almagro, donde al poco tiempo se convierte en el guitarrista oficial.
También es el guitarrista oficial de la peña La Sonanta de Ciudad Real y ha participado en festivales de España, Francia y Portugal acompañando a grandes figuras como Chano Lobato, Marcelo Sousa, “Niño del Gastor”…
En su faceta como cantaor ha compartido cartel con José Menese, José “de la Tomasa” o Raúl Montesinos.
En 2011 comienza su andadura por los concursos de cante acompañándose al mismo tiempo a la guitarra, obteniendo el primer premio en el concurso “Cuando llega el duende”. También ha obtenido el tercer premio ene l concurso “Puerta de Siberia” en Casas de Don Pedro (Ciudad Real). Ha realizado varias actuaciones entre octubre de 2011 y enero de 2012 en el Café de Chinitas de Madrid

Me viene a la memoria algun artista que también se acompañaba a la guitarra a sí mismo delante de un escenario y otros que se siguen acompañando hoy día. Recuerdo por ejemplo, a Antonio Ortega Escalona de Velez Málaga, o sea Juan Breva, gran intérprete de malagueñas y verdiales.



Actualmente, aunque a un nivel más humilde me voy a dar el gusto de citar a un artista  que es todo un "personaje flamenco" y que tuve el gusto de disfrutar de cerca hace algún tiempo en el Concurso de la Soleá de Alcalá, . Me refiero a Ricardo Black "Quijote" de Rota (Cádiz).




Recuerdo a algunos más..., pero a pesar de que a muchos no les pueda resultar extraño que un cantaor se acompañe, les aseguro que sí lo es. Tiene mucho mérito y máxime cuando se trata de un concurso. 
Hay quien ha dejado escrito y sentenciado que en el Flamenco no se puede cantar bién cuando uno mismo se acompaña, porque el cantaor no puede poner todo el sentimiento que el cante requiere al tener que estar perdiente del toque de la guitarra, pero imagino que es cuestión de largas horas de ensayo y mucha afición, hasta conseguir que de manera automática afloren los acordes acertados.
Si el artista, en estas condiciones de dificultad, consigue transmitir sentimiento y arte, debemos reconocerle el mérito.
Estas "sentencias" en el Flamenco son habituales y algunas incluso acertadas, pero las usan con demasiada profusión los más intransigentes, los talibanes del flamenco.


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