Enrique de la Paula, Alcalá de Guadaira (Sevilla) 1907_1980

Enrique Fernández Vargas, gitano de ojos tristes que nació en Alcalá de Guadaíra (Sevilla) en 1907 y murió en el año 1980. Era hijo del famoso soleaero Joaquín Fernández Franco “Joaquín el de la Paula” (1875-1933) y de Caridad Vargas Carrillo “La Cholona” (1888-1914). Se le conocía como Enriquillo, en ocasiones como Enrique el Negro y para su exacta ubicación en el mundo flamenco en general, se le ha quedado el sobrenombre más concreto de Enrique de la Paula. Contrajo matrimonio con una hija de Victorino Fernández Granados, el compadre inseparable de su padre Joaquín. Era dos años mayor que su hermana, Hiniesta y ocho años mayor que su hermanastra Mercedes, la hija que Rosario Jiménez “La del Buquerque” (prima de Aurora García,  la madre de Antonio Mairena) incorporó a su matrimonio con de Joaquín el de la Paula allá por 1916.

Tuvo tres hijas; Joaquina, Carmen e Hiniesta, y diez nietos.

Antonio, descendiente de Joaquín el de la Paula

Enriquillo nunca se atribuyó la exclusividad de la pureza del cante de su padre, sino que reconocía que el legado cantaor de Joaquín el de la Paula no se había perdido gracias a sus primos Juan Talega y Manolito el de María, y como no, gracias a Antonio Mairena, el principal valedor de Joaquín al que consideraba uno de sus maestros. Así lo atestigua en la entrevista que le hizo José Monleón para la revista Triunfo publicada el 26 de marzo de 1966.

Enriquillo fue un personaje tímido y de poco carácter pero que, gracias a la insistencia y promoción de Antonio Mairena, llegó a convencer a muchos aficionados y entendidos de que su cante era el auténtico, el de Joaquín el de la Paula, con pocas facultades y con escaso poder de transmisión según sus detractores, pero puro Joaquín. José Manuel Caballero Bonald escribió en 1968 con ocasión de su Antología “Archivo del cante flamenco” de Vergara;

“Enrique conoce el cante de su padre (…) pero no puede expresarlo: se le agarrota la voz en un penoso e inútil esfuerzo donde apenas apunta el deteriorado esquema de la prodigiosas soleares de Joaquín.”

En su incesante búsqueda de la perfección, Antonio Mairena que visitaba Alcalá de Guadaira con gran frecuencia, solía mandar a buscar a Enriquillo para escucharlo una y otra vez. Es de suponer que perseguía la auténtica soleá de Joaquín en crudo, sin adulterar, soleá a la que llegó a sacar todo el jugo sin duda. 

El Poeta, Curro Mairena, Juan Barcelona y Antonio Mairena

D. Antonio Reina cuenta la anécdota del día que estando en su casa en compañía de Antonio Mairena, hablando de cante y escuchando flamenco como era su costumbre, hizo sonar una grabación que acababa de atesorar. Al escucharla, Antonio Mairena dio un respingo, muy afectado y con visibles lágrimas cayéndole de los ojos acertó a preguntar -“¿De dónde has sacao eesto…?”- , el doctor Reina le explicó que era una grabación casera de Enriquillo que había conseguido de un amigo. Y es que Antonio Mairena pensó por un momento que se encontraba ante una grabación inédita que se le hubiera hecho a Joaquín el de la Paula en los últimos años de su vida.

Enrique Pavón, Antonio Reina, José Manuel Mibri, Luis Soler, Manolo Orea hijo

Hay que reseñar que Enrique actuó en el I Festival Flamenco Joaquín el de la Paula en el año 1967, figurando en el Grupo Flamenco Los de Joaquín el de la Paula, que calentaban el festival con recitados, tanguillos de la murga de Joaquín...

Manolo El Poeta recitando, Enrique en el centro (tapado por la guitarra)

...y que a principios de los años 1970 quedó registrada su voz en la serie de TVE Rito y Geografía del Cante.

En 1975 el grupo Los de Joaquín el de la Paula actuaron en un homenaje a Joaquín el de la Paula que se le tributó en la discoteca Zalima. Allí intervinieron: Manuel Alvarez López (Manolo Jaro) como presentador, Antonio Mairena, Manolo Mairena, Matilde Coral, Rafael el Negro, Pepa Montes, Teresa Luna, Nano de Jerez, Chico Melchor a la guitarra, y el grupo de Comparsa de Joaquín el de la Paula: 

Enrique el de la Paula (solista), Maestro Matos al piano, Alfredo Aragón a la guitarra, Juan Barcelona, Joaquín Bastián, Antonio Bastián, Mercedes de la Paula, Manolo Algodón, El Anchillo, Manolo Heredia, Manolo El Poeta de Alcalá, Pepe el Mehi y Joaquín el Salto. 

En la cuarta edición del histórico Festival alcalareño del año 1976, Manuel Mairena con la guitarra de Paco Cepero, entre romance y seguiriya, tuvo el detalle de ceder el escenario a Enrique, quien cantó las soleares de su padre para disfrute de los entendidos.

Dos aficionados alcalareños, Carlos García y Enrique Gil entrevistaron sobre 1975-76 a Enrique Fernández Vargas en su cueva a las faldas del castillo de Alcalá. En esta grabación casera Enrique habla, entre otras cosas, de las soleares de Alcalá. Lo que afirma Enrique en la entrevista contribuyó a confirmar mi teoría de la soleá "perdida" de Alcalá. 
(ver artículo http://mibri-alcalaflamenca.blogspot.com.es/2013/12/las-soleares-de-alcala-antes-de-joaquin.html);

Ese mismo año lo presentó Antonio Mairena en la Casa del Arte Flamenco de Mairena del Alcor. Antonio Rincón Muñiz en su libro “Raíces flamencas de Mairena del Alcor” (Sevilla, 1983) recuerda el momento; 

“Cantó Enrique, a la sazón septuagenario, e hizo la soleá de su padre con voz apagada y evidente nerviosismo, pero con una hondura tal que comprendí en ese mismo momento por qué la soleá de Alcalá es la más pura de cuantas hay y por consiguiente la que ofrece mayores dificultades.”

Por cierto que, para mayor gloria de Utrera en el cante (si cabe), es un dato reseñable que Enrique declarara en una entrevista;  
"El que mejor canta por soleá de fuera de Alcalá es uno de Utrera al que le dicen el Perrate".

Perrate de Utrera

Y es que Utrera y Alcalá han tenido muchas vivencias comunes en el flamenco, poblaciones a las que habría que añadir Mairena del Alcor y Morón por el trasiego de flamencos entre estos pueblos en los años 60 y 70 del siglo pasado (reuniones de Pohren, Diego del Gastor, festivales, etc). 

Cuando Antonio Mairena conoció el fallecimiento de Enriquillo en 1980, escribió el siguiente panegírico; 

"Joaquín el de la Paula murió en su trono de miseria, pero el genio de la Soleá tuvo como trono la gloria del Castillo alcalareño, y allí subieron las tres Marías vestidas de negro luto, luto que no se quitaron hasta que hace pocos días se llevaron el último suspiro de ese cante gitano, suspiro que retenía su hijo Enrique Fernández y que ha muerto diciéndole adiós a las almenas árabes del castillo, pero bajando por el que hoy se llama, para gloria de los gitanos de toda Andalucía, Camino de Joaquín el de la Paula, en el que Antonio Mairena solo puso una lágrima."